En los últimos días, los vecinos bonaerenses recibieron con sorpresa la boleta del impuesto inmobiliario urbano de la Agencia de Recaudación de la Provincia de Buenos Aires (ARBA). Aunque la legislatura había aprobado aumentos con un tope de 200%, en algunos casos, las facturas llegaron con incrementos cercanos al 300%.
El alza fue confirmada oficialmente, con un matiz: desde ARBA explicaron que ese mayor aumento fue por la caída de beneficios impositivos que rigieron hasta 2023.
A finales de diciembre, la legislatura bonaerense sancionó la ley impositiva 2024. Aunque la propuesta impulsada por el gobernador Axel Kicillof pretendía que el 90% de los contribuyentes tuviera aumentos iguales o menores al 200%, y el 10% restante subas del orden del 300%, el bloque opositor conformado por Juntos (PRO, UCR y CC) negoció que se baje el tope a 200% para los patrimonios más elevados y a 130% el piso, en lugar del 140% propuesto.
Sin embargo, entonces también se decidió discontinuar el descuento a contribuyentes cumplidores. El mismo contemplaba un beneficio del 10% por pago a término y del 10% por adherirse a la boleta electrónica. Es decir, de cumplir ambos requisitos, se podía reducir la deuda en un 20%.
“La bonificación fue una política que definió la provincia el año pasado para generar mayor adhesión al débito automático o a la boleta por email, para además fomentar el buen cumplimiento. Pero entendimos que estos dos beneficios consiguieron el objetivo que buscábamos, por lo cual no tenía sentido continuarlo”, explicaron desde ARBA.
Según la Ley impositiva, se prevé un tope del 140% de incremento hasta el tramo 4 ($5.054.912 de valuación inmobiliaria), equivalente al 21% de las partidas; del 180% hasta el tramo 8 ($9.310.820), lo que representa el 27% de las facturas; un máximo de 190% hasta el tramo 11 ($17.384.452), que involucra al 28%; y un tope del 200% hasta el tramo 16 ($121.800.000), que abarca al 23% de las partidas.
Por encima de esa escala, que son un total de 30.000 viviendas, se aprobó la aplicación de una “función logarítmica donde los incrementos de aumento libre se reconvierten en aumentos de forma suavizada y progresiva”. En esos casos, sí pueden exhibirse aumentos mayores al 200% del impuesto.
“Suponiendo que un contribuyente pasó de pagar $100 a $300, es un aumento del 200% establecido por la ley. Pero si a esos $100 se le aplicó un descuento del 20% el año pasado, entonces pagó $80. Y, frente a los $300 actuales, es una suba del 275%. Aunque la percepción es que el impuesto aumentó por encima del tope, claramente no es así. Además, la inflación febrero/febrero fue de 280%, así que se estaría pagando el mismo impuesto que el año pasado en términos reales”, remarcaron desde ARBA.
Desde el organismo recaudador agregaron que se puede pedir revisión de boleta en la página web del organismo en la sección “Atención, Reclamos y Consultas”. Además, recordaron que, a partir de la próxima cuota, el ajuste se actualizará por inflación, por lo que hay un “beneficio” para quienes abonen el año completo.
NOTA PUBLICADA EN LA NACIÓN