Poco después del mediodía, al sonar de las bocinas, arribó a la ciudad la caravana de una docena de micros que trasladó a más de medio millar de fieles católicos que participaron de la anual peregrinación desde Liniers a la Basílica de Luján, un trayecto de unos 60 kilómetros, que esta vez debió ser interrumpido a la altura de General Rodríguez, ya en su tramo final, como consecuencia de una fuerte tormenta eléctrica, y una lluvia torrencial.
La feligresía local, más integrantes de poblaciones vecinas que se sumaron, había iniciado con alegría alrededor de las 9 de la mañana del sábado, el recorrido desde la iglesia San Cayetano, en el barrio porteño de Liniers, luego de compartir la misa oficiada por el Obispo de 9 de Julio Ariel Torrado Mosconi.
Allí se mezclaron con otras comunidades religiosas provenientes de los más diversos lugares del país en una marcha multitudinaria que se desplazó bajo el lema “Madre, danos amor para caminar con esperanza”.
Este año, el tiempo conspiró con el paso de los peregrinos, que en su mayor trayecto debieron soportar altas temperaturas, y finalmente, les impidió continuar, cuando arreciaban los embates de una tormenta eléctrica de magnitud simultánea a una intensa lluvia, que incluso ponía en riesgo físico al grupo.
De ese modo, no sin dolor, ya que quedaba el último tramo de 18 kilómetros, decidieron que la mejor decisión era interrumpir la peregrinación, ante la continuidad del vendaval, y ascender a los micros para emprender el regreso a Trenque Lauquen.
Entendieron, al mismo tiempo, haber cumplido con su misión de fe, confortados por las palabras del sacerdote que los acompañaba quien les indicó que habían llegado hasta donde la Virgen María quiso que lo hicieran.
Otros contingentes pudieron alcanzar el objetivo de arribar hasta la Basílica de Luján, por haber salido algunas horas antes, o como algunos lo hacen, parten de lugares más cercanos, recorriendo un menor trayecto.
Nada impidió, sin embargo, que el Arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, cerrara la 51 Peregrinación Juvenil a Luján con una severa admonición al señalar que “hay muchos hermanos en nuestro país que ya no tienen fuerzas para seguir, no encuentran sentido al camino de sus vidas y han detenido su marcha; les pesa demasiado la pobreza, las consecuencias del narcotráfico, las enfermedades, la soledad”.
Puntualizó finalmente que “no nos vamos a detener, a pesar de las piedras y dificultades del camino; nos comprometemos a seguir adelante, porque no todo está perdido”.