La fiscal Karina Talarico ordenó el cierre de la investigación por el femicidio de Ana María Aristimuño y el caso se encamina a obtener fecha para juicio oral, luego de que se incorporaran en las últimas semanas las nuevas pericias psicológicas y psiquiátricas practicadas a Mario Luis Pereyra, el único imputado en la causa, quien se encuentra tras las rejas con prisión preventiva luego de haberse hallado su ADN en los elementos que se utilizaron para cometer el crimen de la docente.
Las pericias de la psicóloga y el psiquiatra forense eran los últimos informes que esperaba la titular de la UFI N° 4 para concluir la etapa investigativa. Se espera que los estudios puedan sumar elementos de la personalidad del acusado para determinar el móvil del femicidio, en función de su personalidad y su trayectoria y comportamiento.
La hipótesis fue sostenida por el Ministerio Público Fiscal desde un inicio, aunque en los primeros días se fueron descartando otras posibilidades y la investigación se derivó en otros sospechosos, que fueron desechados de plano. Finalmente, se consolidó la hipótesis de Pereyra, quien fue detenido pero luego liberado, tras una serie de idas y venidas entre la fiscalía y la Cámara de Apelaciones y Garantías.
El caso prácticamente se terminó de cerrar cuando, con Pereyra en libertad, llegaron los estudios de ADN que revelaron que había coincidencia entre el perfil genético del sindicado y los tres elementos que usó para amordazar y cometer el asesinato en la habitación de la casa de la víctima.
Las nuevas pruebas arrojaron un resultado contundente y prácticamente irrefutable a raíz de estudios científicos que compararon el ADN que le fuera extraído al propio Pereyra, a pedido de la fiscalía y por orden judicial con el material genético de los elementos hallados en la escena del crimen y cuidadosamente preservados por los investigadores que ingresaron en primera instancia a la casa de la víctima.
También, en estas últimas semanas fue encontrada la tablet de Anita, que se sumó a la gran cantidad de testimonios tomados en el expediente y el resto de las pericias.
Pereyra había estado alojado en la Comisaría de América, en el distrito de Rivadavia, y luego había sido trasladado a los calabozos de la Unidad Penal N° 20 de Las Tunas, por orden judicial.
Si bien la defensa de Pereyra pudo haber planteado medidas morigeradoras de la modalidad, la jueza que instruye el expediente optó por dictar la prisión preventiva manteniendo tras las rejas al imputado.