El potente sonido de las campanas de la iglesia Nuestra Señora de los Dolores movía a la emotividad a la llegada de más de medio centenar de peregrinos trenquelauquenses y de la región que también acompañaron al contingente local, cuando al mediodía de este domingo arribaron después de cumplir con la 50 Peregrinación Juvenil a Luján.
Habían partido desde aquí el viernes por la noche agrupados en varios micros para marchar después de una misa oficiada por el Obispo de 9 de Julio Ariel Torrado Mosconi en la mañana del sábado, en el Santuario de San Cayetano, en el barrio porteño de Liniers, a caminar los 60 kilómetros que los separaban de la Basílica de Luján.
Ya desde temprano, en los alrededores de la plaza San Martín, una nutrida concurrencia de familiares y amigos de los peregrinos aguardaba la llegada de los micros y su carga espiritual. Ante su proximidad y el ulular de la sirena de uno de los vehículos que encabezaba la caravana, los asistentes estallaron en fuertes aplausos, celebrando el regreso.
Cansados, rengueando y con dolores algunos por el rigor de los kilómetros recorridos, otros con sus ojos en lágrimas, con sus inconfundibles gorras amarillas, fueron descendiendo de las unidades para abrazarse con los seres que los aguardaban. Todavía los esperaba la misa en la parroquia para finalizar con una muestra más de fe y devoción que la comunidad trenquelauquense ofrendó a la ya histórica peregrinación anual, que siempre se realiza en el primer fin de semana de octubre.
La misa fue oficializada por el Padre Matías, quien viajó para acompañar y caminar junto a la delegación local.
Este año el lema fue “Madre, bajo tu mirada buscamos la unidad”, y en las palabras del arzobispo de Buenos Aires Jorge García Cuerva quedó expresado ese deseo en su homilía esta mañana al encabezar la misa ante una multitud de fieles.
García Cuerva, que, por segundo año consecutivo, también participó de la extensa caminata, se dirigió a la Virgen María rogándole “tu manto celeste y blanco nos incentiva a seguir buscando la unidad entre los argentinos, a no resignarnos al enfrentamiento constante, a profundizar las grietas y las heridas”
En otro tramo hizo un fuerte reproche a los que especulan con sus declaraciones cruzadas referidas a las recientes cifras de pobreza del país que se conocieron. Expuso que “frente a las crisis los sabios buscan soluciones; los mediocres buscan culpables. Hay muchos mediocres que frente al lacerante y doloroso 52,9 % de pobreza se pusieron a buscar culpables”, e instó con humildad a trabajar con otros para generar consensos, acuerdos y tender puentes.
A su turno, el arzobispo de Luján-Mercedes, monseñor Jorge Eduardo Scheinig, remarcó que esta convocatoria fue “la más populosa de los últimos años”. De ella participaron una vez más los católicos trenquelauquenses y de la zona, que pudieron cumplir su objetivo, auxiliados por un formidable equipo de apoyo, que los asistió en las diversas paradas del trayecto programadas, con alimentos, bebidas, y cuidando de la salud de cada uno ante cualquier dificultad física.
Cada peregrinación en un símbolo de fe y esperanza, y los peregrinos caminan con los más diversos pedidos y agradecimientos a la Virgen María. Y aunque se la denomine juvenil, en la muchedumbre se entrelazan varias generaciones, en una marcha, de las más conmovedoras que se realizan en nuestro país.