En octubre de este año, DATATRENQUE, en el espacio que cada domingo dedica a su sección “EL MIRADOR” – que acaba de finalizar su segunda temporada – comenzó a publicar una sucesión de notas bajo el genérico título de “Cuando Trenque Lauquen perdió la posibilidad de convertirse en un emporio industrial”
Estaban referidas a la historia de las numerosas e importantes industrias que en el pasado cerraron sus puertas, y que, de no haber ocurrido, la ciudad se hubiera transformado en un gran polo fabril, no sólo con alcances dentro de la provincia de Buenos Aires, sino hasta de carácter nacional.

Hoy, una de esas notas ha sido incorporada al Archivo Documental del “Museo Casa de Ricardo Rojas” en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ya que en la misma se resalta el papel de los hermanos Rafael y Alfredo Robles, más conocidos por sus apodos de “Cholo” y “Quico” respectivamente.
Ambos dedicaron sus vidas a los “fierros”, pero además alimentaron su pasión por la literatura, a tal punto que dos de las industrias de las que participaron fueron bautizadas con los nombres de “Ollantay” y “Elelín”, títulos de sendas obras del dramaturgo tucumano Ricardo Rojas, a quien admiraban.
El gran escritor, en cuyo homenaje fue instituido el 29 de julio, fecha de su fallecimiento, como Día de la Cultura Nacional, nunca supuso que una de las repercusiones de sus creaciones literarias terminaría mezclada en la historia de las industrias trenquelauquenses, y es de imaginar su sorpresa, cuando leyó la carta de “Cholo” Robles pidiéndole autorización para nominar a uno de los productos de su ingenio, solicitud a la que Rojas accedió con regocijo.

La nota referida, publicada en DATATRENQUE, le fue acercada al Museo por Cristina Robles, una de las hijas de “Quico”, que desde hace años se halla radicada en la Capital Federal, donde desarrolla su profesión de sicóloga, pero enorme fue su asombro al encontrarse allí con la carta original, fechada el 5 de diciembre de 1946, que su tío “Cholo” le había remitido a Rojas para que accediera a denominar “Ollantay” a una tijera esquiladora accionada a aire comprimido de su invención.
EL ORIGINAL

En la misma, cuyo facsímil publicamos, Robles le explica en su tramo sustancial el deseo de que su creación lleve “una denominación auténticamente nuestra, una voz indígena fácil de pronunciar, y adaptable su sonido a países de diferentes lenguas”, estimando que su invento tendría trascendencia no sólo en el país, sino fuera de él. Además de “Ollantay”, le requiere le sugiera alguna otra designación.
Rojas, al pie de la carta, y de puño y letra le aconseja los nombres de dos de sus obras: “Elelín”, que luego le daría nombre a la fábrica de amortiguadores de los Robles, y “Eurindia”, incluidas dentro de su vasta tarea de escritor que supera los 40 libros, entre ellos “El Santo de la Espada”, relato biográfico de la vida de José de San Martín, que fuera fundamento para el guion de la película del mismo nombre, dirigida por Leopoldo Torre Nilsson, en la que el actor Alfredo Alcón encarna al prócer.

Rojas invirtió sus ahorros y el dinero proveniente de sus premios, en la construcción de su casa ubicada en Charcas 2837, hoy Museo, diseñada por el arquitecto Ángel Guido, siguiendo una propuesta estética que reivindica la fusión entre los valores culturales europeos con los de los indígenas americanos prehispánicos. Lo expuso a través del neologismo “Eurindia”, escrita en 1924, donde propone la existencia de influencias indígenas y europeas sobre la identidad argentina y el ser nacional.
El arquitecto Guido fue el encargado de plasmar ese concepto en la casa: construyó estructuras de estilo europeo y sobre ellas aplicó motivos hispano-incaicos. La fachada es una réplica de la Casa de Tucumán, y en su interior cuenta con un patio inspirado en estilo colonial, andino y otros elementos que derivan de las culturas musulmanas, romanas y mediterráneas. En uno de sus ingresos se destaca una puerta española habituales en las construcciones de Hispanoamérica.

También añade su copiosa biblioteca, una colección de obras de la escuela de pintura cuzqueña, y objetos personales de Rojas, en tanto el Archivo Documental suma manuscritos originales y pruebas de imprenta de las obras del escritor; su correspondencia y otros papeles, a los que ahora se agrega la nota que DATATRENQUE publicó en octubre pasado.
LA NOTA
CUANDO TRENQUE LAUQUEN PERDIÓ LA POSIBILIDAD DE CONVERTIRSE EN UN EMPORIO INDUSTRIAL (PARTE III)