Es la temperatura que había en el interior del comercio cuando ingresaron a sofocar el siniestro. Con el correr de las horas, los dueños advirtieron que todo se produjo por un desperfecto en una traba interior del carro de pan de uno de los hornos
Los Bomberos Voluntarios de Trenque Lauquen que trabajaron bajo las órdenes del jefe Claudio Villavicencio ingresaron a la panadería de Eduardo Lucena en Orellana al 1251 cuando el local estaba completamente lleno de humo y en el interior se registraba una temperatura de 370 grados de calor.
En esas condiciones los agentes comenzaron a ventilar el lugar con extractores y distintas estrategias para disipar el humo y enfriar el lugar, de tal manera de poder evitar un mal mayor, aunque lo primero que hicieron fue retirar un carro con pan en llamas para tratar de que no se expandiera en el interior del comercio.
En un principio se creyó que se había producido un descuido que desató el accidente pero al investigar las máquinas, la familia del panadero Abel Eduardo Lucena detectó un desperfecto: “se trabó una zorra (el carrito con todas las bandejas de pan) que gira adentro del horno, y el sensor de temperatura automático midió mal la temperatura y subió al máximo. Eso generó que el pan se secara y se hicieran inflamable”, según relataron a DATATRENQUE allegados de la familia.
Afortunadamente no se registraron heridos.