ÚLTIMO ADIÓS A SILVIA ZUBILLAGA: DESTACAN SU ÁNIMO COMPONEDOR, LA IMPRONTA LUCHADORA Y SU BUEN HUMOR

La ex legisladora provincial falleció tras luchar contra una larga enfermedad a los 66 años. Además, fue dos veces concejal, funcionaria municipal e integrante de la directiva de la UCR

El fallecimiento de la ex diputada provincial y concejal, Silvia Zubillaga, llenó de congoja y desazón al mundo de la política que acompañó en el dolor a la familia y reseñó algunas de las principales cualidades de su personalidad y de su perfil político.

Hubo mensajes desde el oficialismo hasta la oposición, todos destacando principalmente su ánimo componedor y su buen humor permanente.

Desde el comité Trenque Lauquen de la UCR mencionaron que “los que tuvimos la oportunidad de compartir militancia, la recordamos por su honestidad, dedicación, responsabilidad y laboriosidad en todos los cargos que ocupó, imponiendo su impronta de mujer luchadora y firme en sus decisiones”. 

Mientras tanto, el diputado nacional, y ex intendente de Rivadavia, Sergio Buil, tomó el fallecimiento de Zubillaga como “una triste noticia que me produce pesar”. Y describió que “Silvia era franca en sus apreciaciones y tenía la virtud de buscar siempre los acuerdos, era difícil que luego de una discusión no culminara con una sonrisa componedora”. Al mismo tiempo, envió sus condolencias a Guillermo, su esposo, y a sus hijos.

Por su parte, la ex concejal del Partido Justicialista, Marisa Sotullo, también recordó a Zubillaga, con quien compartió su tiempo en el HCD, aunque en bloques opuestos, y señaló que “fuimos compañeras en el Concejo Deliberante y nos llevamos muy bien, incluso ella se prendía a las bromas que le hacíamos las mujeres a los hombres, en especial a Javier Cadierno, quien tampoco ya está entre nosotros… Dos grandes personas”.

“Lamento su pérdida, siempre la recordaré como una gran compañera del Concejo y socia en bromas y sonrisas, con Silvia no hubo lo que hoy se llama la grieta, si bien no fui su amiga personal la tengo presente como una buena compañera con quien nos respetábamos mucho”, mencionó Marisa Sotullo. Y puntualizó alguna anécdota: “para el día de la madre y la primavera poníamos floreritos en las bancas… muy a pesar de los varones”.