El 28 de agosto pasado, convaleciente, El Negro Orozco se tomó unos minutos junto a su hija Silvina para enviar un saludo a todas las personas que lo acompañaron en un momento complejo de su vida, donde la salud había comenzado a deteriorarse, y mostró en pocas palabras el enorme afecto que siempre sintió por su público, tal vez el motor de su vida…
El recuerdo de aquel mensaje…